Desde Amigos de los Mayores - México trabajamos para combatir la soledad no deseada y el aislamiento social de las personas mayores, a través del acompañamiento emocional y la participación social.
Creemos que envejecer no ha de estar considerado un problema ni una carga social, y nuestro reto es garantizar a las personas mayores una inclusión social, con oportunidades de participación que contribuyan a una mejora de su estado de salud emocional.
Nuestra acción social se materializa en:
Acompañamiento emocional
Cada persona mayor recibe la visita semanal de una persona voluntaria, por un tiempo aproximado de dos horas. El objetivo es combatir el aislamiento y soledad que padecen, con espacios de compañía de calidad, en los que conversar, pasear y realizar actividades juntas. De esta manera, con el tiempo, se establece un vínculo afectivo y de confianza entre la persona voluntaria y la persona mayor.
Actividades grupales
Habitualmente están dirigidas a las personas mayores que ya reciben acompañamiento emocional, enriqueciendo su vida social y fomentando los espacios de socialización y red de contactos a través de actividades lúdicas de distintos tipos. Estas actividades buscan fomentar la participación subrayando su valor social, mejorando así la autoestima y la integración de las personas mayores protagonistas.
Cuando conseguimos que una persona mayor cruce la puerta del edificio donde vive, ya estamos logrando algo importante: que salga de casa con la ilusión de asistir a una fiesta, un taller o actividad organizada para él y para las demás personas mayores que asistirán. Es una excusa ideal para romper la rutina de estar solo/a para redescubrir el gusto de hacer amigos.
Por eso, desde el principio de Amigos de los Mayores - México fueron creadas las Casas de día, lugares para las personas mayores que se sienten solas, aisladas, con problemas de salud propios de la edad avanzada y con recursos económicos muy limitados. Estos lugares son también muy importantes para reconstruir el tejido social con la comunidad.

Desde que llega a la casa de día, la persona mayor recibe un almuerzo calentito. Enseguida, hace una serie de ejercicios físicos y de relajación adaptados al estado de su salud. Y se le proponen terapias ocupacionales como juegos de mesa (lotería, rompecabezas, etc.) y manualidades como la confección de pequeños objetos en papel reciclado, costura, etc.
Lo esencial es que la persona mayor pueda compartir momentos de buen humor y tener actividades de convivencia. Antes de irse, una comida le está servida, guisada por personas voluntarias. Al final, un chofer de taxi o personas voluntarias la acompañan hasta su domicilio.
Venir a la Casa de día significa para estos amigos, salir de su casa, encontrar otras personas, tener actividades: Encontrar de nuevo su lugar en la comunidad.
Las Casas de día las puedes encontrar aquí.
Anualmente se establece un calendario que se compone de: